Hay un latido profundo
acercándose,
estruendo sordo
anunciando ininteligibles historias
abotargando los sentidos hasta hacerlos uno
indivisible y total.
Y abre una sima de sopor,
y caigo desmembrada
sintiendo rodar momentos olvidados
que me arañan
asacando palabras inventadas,
recitando mis yoes
mis muertos y mis vivos,
mentiras de verdad
retazos de memorias...
incomprendidos
presuntuosos
desollando cicatrices
que nunca confesarán delito por omisión.
Vuelan mil pájaros negros
hasta el inconsciente quicio
de un pálpito
que los atrapa
y devora.
Yace tibio, junto a mí
el mundo que se desmorona, mirándome,
con esos ojos negros y callados,
pidiéndome que acabe con él,
y no puedo.
Como él.
Mi yo, muerto y vivo,
no ha podido conmigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario