jueves, 23 de junio de 2011

El viento en la cara




El viento en la cara. La luna eclipsó la oscuridad, el silencio le acarició el cuerpo y lo vistió con palabras mudas que gritaban, tapando su desnudez. Sí, algo quedaba atrás. No era suyo. Abrió otra puerta, sigilosamente, y salió. Caminaba por el sueño tejido con todas sus vidas, no crujía bajo sus pies, iluminaba sus pupilas, ocultas bajo unos párpados transparentes que aleteaban transformados en damas nocturnas que devoraban luces y sombras y chisporroteaban hasta consumirse entre brasas de polvo. Durmió.






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