martes, 17 de noviembre de 2015

Red




Apenas despejada la mañana
Respiro tu silencio
De seda luminosa
Espejo
Red de horas fugitivas sin cuartos
Ni medias
Sin saetas que las hagan pedazos

Tejes tu red sin rocío
En los ángulos de mis vacíos
Articulas trama y urdimbre
Y bordo tu nombre
Sin hilos
Con la sutileza de los gestos
que envuelven los días huérfanos
Devorados sin piedad.






miércoles, 4 de noviembre de 2015

Volver.



Hay silencios muy blancos en la silla de al lado
Y quiero escucharlos
Cuando salmodian la tormenta en la ventana
Quiero escucharlos
Cuando tararean el olor a canela que huye de tus manos
Quiero escucharlos
Cuando silabean tus pasos antes de que llegues
Quiero escucharlos
Hay silencios muy blancos entre las sábanas, bajo el mantel, tras las cortinas
Y quiero escucharlos
Cuando cantan que amanece y la lechuza calla bajo el tejado
Quiero escucharlos
Cuando recitan versos quebrados contra el borde de la mesa
Quiero escucharlos
Cuando gritan a la tarde que arde en su pira
Quiero escucharlos
Hay silencios muy blancos asomados al patio de luces
Y quiero escucharlos
Cuando susurran para no despertar la ropa húmeda en las cuerdas
Quiero escucharlos
Cuando conversan quedos con las luces derramadas desde las ventanas
Quiero escucharlos
Cuando deletrean las palabras reptil que trepan por las cañerías
Quiero escucharlos

Hay silencios blancos en cada rincón de la casa
Y quiero escucharlos
Y dejar que me cieguen con su voz limpia
Para no ver el rastro de la lluvia que cesó y te lavó las manos mientras caminabas
Para no despertar sola al alba, rota y tener que arrastrar las cenizas
Para no respirar el vaho de la memoria que brilla en el primer cielo de cada noche
Y quiero escucharlos
Que me den su voz de rosas rojas esperando en el sillón
Su grito de vapor dibujado en el espejo del baño
Su lamento dormido en los huecos de la manta

Y con todos ellos
Reescribirte a la luz de las farolas, en el banco del parque entre los árboles que miran
Atentos y compasivos
Cada tarde
Cómo la noche me cae encima
Reescribirte bajo sus sombras, hoja sobre hoja,
Con la tinta invisible de este otoño que se empeña en amontonarse a mis pies
Despistado y torpe
Como un cachorro asomado al cubil
Reescribirte con detenimiento, sobre esos silencios blancos,
con la caligrafía de las hormigas centinela
Nerviosa y decidida
Ante el presagio de inundación

Reescribirte
Y volver