viernes, 14 de noviembre de 2014

Olvidé...




Olvidé que era sequía y me agrieté... 
tengo sueños craquelados en sepia y plata 
                                                                por los que oigo correr el agua.



       Hay un lugar, mar adentro de tus ojos,
       de líquida calma dorada
       apenas mecida por el balanceo de tus silencios...
       dedos que acarician las palabras arrinconadas
       antes de lanzarlas al abordaje de mi balsa.



Olvidé que era lluvia pertinaz y me derramé...
tengo sueños ahogados en densas riadas
                                                            por los que escucho gemir lento el lodo.


       Hay una orilla, a la vuelta de tus brazos,
       de arenas húmedas y lunas,
       alumbradoras
       manos que atrapan pensamientos nonatos
       y los insuflan en los rincones de mis sombras.


Olvidé que era río y me desbordé...
tengo sueños fértiles arroyados sin cauce
                                                             por los que oigo discurrir el viento.


       Hay una orilla, oculta entre tus manos
       lejos de las marismas y el dédalo de las historias
       seno tranquilo
       que guarda el sonido primero de la tierra
       y arrulla mis cuerpos varados.


Olvidé que era mar, que era océano, y me calmé...
tengo estos sueños rizados en crestas blancas
                                                               por los que me surcas contra viento y marea.








martes, 4 de noviembre de 2014

¿Qué pasa cuando dejas de mirarme?




¿Qué pasa cuando dejas de mirarme?
Pasa que no ves cómo desaparezco
Bajo las alas de la lechuza que rasga la noche


Desaparezco a la luz de la luna
Porque soy el mordisco que le falta
Y oculto los ojos a la fría sonrisa que desdibuja mi alma
Mientras la agarro para no perderme

Desaparezco tras mis pasos
Porque tu suelo no admite huellas
Y guardo las manos en estos bolsillos agujereados
Que no pueden retener el precio de los recuerdos

Desaparezco en mí, sola de deseos
Abandonada a tu suerte
En esta deriva que me arrastra a mis antípodas
Y me deposita desmembrada donde mueren tus olas

Desaparezco en tus ausencias
Persiguiéndome a tientas
Guiada por un hálito que susurra en mis labios
Sin responder al sordo eco de mis pasos, llamándome


¿Qué pasa cuando dejas de mirarme?
Pasa que empiezo a verte en mí y sangro tus desgarros
Pasa que queda el mundo ciego sordo y mudo


Todo esto pasa
Mientras espero que traigas el ámbar a mis sueños
Y me veas allí