No será riada de rotativos
No atorará ondas medias ni moduladas
No se orillará como spam
Ni anegará rumores de calle o barra de bar
Llueve lejos y moja aquí
Relampaguea silenciosa
Atormenta el iris de unos ojos cerrados
Truena muda más allá de los cristales sucios de mis ventanas
Se desliza por un cielo inabarcable
Estalla y craquela el polvo que cubre los alféizares en los que apenas se yerguen fibrosos tallos esqueléticos
Llueve lejos y moja aquí
Inunda cuencas sedientas de reflejos turbios
Crece descontrolada para abrirse paso sin discriminación
Ofidio venenoso, mandíbula desencajada, devoradora insatisfecha
Atraviesa en silencio poros y grietas, cuchillo frío
Descuartiza carnes, desolla memorias
Ahoga amagos de voz
Desmembra los tiempos apenas intuídos de existencias fugaces
Llueve lejos y moja aquí
Esa otra lluvia que promete limos nutricios tras la devastación
Esa otra lluvia empeñada en no regalarme la posibilidad de salvar nada
Ahogarse y respirar después, en la orilla.
Esa otra lluvia, alerta roja.
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