lunes, 31 de agosto de 2015

Ráfaga





El cielo me prefigura un apocalipsis en exclusiva
pongo el filtro "viñeta" en mi campo visual
y dejo que las farolas en fuga dibujen una vieja carretera luminosa por la que desaparecer  a toda velocidad.

Se desarma el paisaje en jirones de luz
Resbala por los borde de las retinas
Y esquiva las esquinas nerviosas del pensamiento

Los vientos del norte azotan las aceras
Las fachadas se desperezan indolentes
Y entre bostezos tragan las carnes del tiempo
exhaladas desde pulmones tísicos que agonizan entre estertores

Duermen por el suelo cristales rotos de cielo
Paso cargando todos los silencios
Un peso que no quiebre su sueño descalzo
Y, apenas se estremecen, esteran los horizontes que cubren mis ojos con el destello frío de todas sus aristas

La calle se desdibuja temerosa del predador de instantes que me acecha imperturbable
Y sólo el aliento que me arrastra le quiebra las piernas
Y deja libre la acera fosca de suelas sin huella

El silencio estalla en este callejón estrecho
Atajo cruel de la memoria disfrazado de neones y bullicio
Y rebota sordo entre las paredes, golpea mis recodos despertando un dolor antidisturbios que sacude el aire y abate el pensamiento

Sé que sola cruzaré esta ciudad que me habita
Sé que escaparé de ella antes de que la descubra el amanecer y crezca hasta mí,
rueda de la Fortuna infatigable
que me devolverá a ella una vez más
Como todas las anteriores
Y vuelvo a mí sin mí




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