Mientras las noches se tiñen naranja
y se rompe en lo profundo
el sueño de los dioses ebrios...
Nada oigo
salvo
el aulós del Liberador
que
me envuelve en fuego
Mientras delirantes dunas crecen al ritmo de los pulsos
y vaga el espíritu
por los abismos del deseo
Nada veo
salvo admiradas llamas
en mi piel espejada
Mientras
el ocre del pensamiento
amargo
como el acíbar que sudaron los ojos
se vierte
y desaparece
Nada digo
salvo tus nombres
y los míos
(Y ahora...)
Mientras flameamos y crepitan las almas
descubrimos que somos el sueño de un dios creador
concebidos en la nada
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