La esencia del "arcoíris para llevar" me la descubrió una mirada afortunadamente aún clara y sin artificios, mía no, pero sí de mí, y comenzó a invadirme la sospecha de que en medio de todas las prisas, entre colada y escoba, entre libros, facturas y discos, entre niños, peatones, gatos y flores, cazuelas, bocinas, cafés y persianas...se esconde un tesoro, invisible por evidente, e imposible de robar, pues aunque la oscuridad lo oculte, siempre puedo cerrar los ojos y evocar cualquier tono, matiz o velo, y entender por cierto que aún es mío y vuestro. Y este es el comienzo de un cuento ilustrado, y... colorín colorado, ...el comienzo ha acabado.
Arcoíris para llevar
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