jueves, 8 de septiembre de 2016

Entre el aquí y el allá




Desperté
entre el aquí y el allá
con  garganta 
de cristal



Supe que hay adónde llegar
Supe de un horizonte mixtilíneo 
Sé que es como todas las fronteras
frontera impalpable e irreal

Sé que mantiene
entre el aquí y el allá

Una franja que es cuerda de funambulista


Y llegué a ese horizonte inaudito
Con el depósito lleno
a pesar de todo

A pesar de los kilómetros de noche
Que de él me separaban

Llegué sin necesidad de cadenas
A pesar de la nieve caída sin descanso
En los últimos inviernos
de cada día


Llegué tras descubrir
En el mapa que sombreaba el salpicadero
Que las carreteras eran trampas
Que hay que llegar esquivando sus trazados
Obviando los atajos
Plegando al revés
Aquella mi enorme página presuntuosa

Y llegué
Justo cuando creí que desaparecería ante mis ojos
de lluvia en el desierto


Justo cuando su cuerda tensa
me abrió los brazos
y pude sentirla clavada
en el arco de mis pies





Y conjugué completos todos los pretéritos
indefinidos
en cada paso
Con la pértiga atravesándome el pecho

Agoté cada verbo
hasta su última desinencia

Vacié mi voz
y vi caer las palabras como el pedrisco de agosto
Y las contemplé estallar contra el suelo
ardiente y reseco

Vomité las últimas letras
impulsadas por un espasmo imposible y aniquilador

Escupí los restos infectos de pretéritos
perfectos
con la simpleza de un presente
liviano





Entre el aquí y el allá
Quedé
Muda y descarnada
.
.
.





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