Las once.
Puedo respirarte despacio como en un sueño tranquilo
y llenarme contigo
hasta ahogarme.
Las doce.
Puedes mirarme y recogerme y guardarme
hasta saber qué hacer
con mis pedazos.
La una.
No puedo dejar que me duelas cuando estallen mis pulmones
paciente y meticuloso relojero
no sobran piezas.
Las dos.
Puedo respirar de nuevo y me das cuerda
yo te daré la hora
tic tac tic tac.
No hay comentarios:
Publicar un comentario