Hay un hueco
de paredes arañadas
en el que resuena tu voz.
¿Qué incauto eco
se atreve a llenarme
haciendo rebosar mi garganta?
Me ahogo.
Te desconozco
imprudente deseo que no acaba
no hay día para ti
ni las noches son para mí
Una sola palabra
...y te olvido
para siempre...
Puedes buscarme en el fin del mundo,
estaré en el principio
aguardando la luz del amanecer
para ver tu sombra junto a la mía
y aprender a decir
lo que no quieres contarme.
.
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