Nadie ha venido a verme esta noche
su voz sin palabras me precipitó
en tu abismo
en un ancho y lento suicidio
por el que te veo pasar
absorto en mis recuerdos
olvidado del mundo que te hizo
y mi garganta sólo grita corrientes de aire
Nadie ha venido a verme esta noche
y nadie me cuenta
que a la ciudad le duelen los huesos
y a mí la fluidez de tu alma
y tu cuerpo
convertida en tráfico urbano
caotizado en accidente múltiple
en la autovía de mi silencio
y me arropa
arrastrando sobre mí
su caricia terrible y dulce...
sólo oigo fatales sirenas
que ensordecen tu memoria
y rescatan con sus cantos
el caldero y la soga
Nadie ha venido a verme esta noche
y se ha quedado
velando mi vigilia de fuego
nutriendo mi cuerpo
rozando mi espalda
...
Nadie se ha quedado esta noche
y yo no estaba.