Buscando
el poder del cuerpo para desanestesiar
la mente
...él es lo que somos,
así... , así lo tenemos,
maldito esclavo de otros juicios
a merced de la idiocia
que aplasta el intelecto retorciendo el talón
para que no sobreviva.
Y llegando a despertar
bostezamos los desechos de noches grises,
desarticulando discursos
ininteligibles que brotan de la lengua,
escarpias oxidadas
escapando entre los dientes
para saludar a ese amanecer
que sólo es nuestro
y último.
Y queda el mundo contemplando
una victoria que no comprende,
con esa sonrisa boba en la cara
anunciando,
vengativa y maloliente,
la condena al silencio
y el laurel del destierro.
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