Sala
de evisceración: sobre la pulida mesa de acero inoxidable se
desparraman tristezas y decepciones... a pesar de los guantes de látex y
las mascarillas el pringoso hedor de la maldad emponzoña el aire y
resbala invisible por la piel. No crea nadie lo que el eco de la sala
repite... es mentira... la verdad está desparramada, pero no se oye.